lunes, 8 de agosto de 2016

Recordando a Borges a más de 40 grados (Homenaje escrito en el 2001)

Indice1. Introducción 2. El vértigo cibernético 3. Un lector esencial 4. Borges y la política 5. Los periodistas y las preguntas 6. Borges y la globalización

1. Introducción

"El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río. Es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre. Es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente es real. Yo, desgraciadamente, soy Borges."


Quiero comenzar afirmando que mi relación con Borges es fundamentalmente hedónica, placentera. No soy una acuciosa de su filosofía, ni de las teorías literarias que tratan de explicarlo, ni mucho menos de la metafísica que dicen, pregonan sus textos. Disfruto grandemente leyéndolo y comprendiéndolo, actividades que- debo confesar- no siempre van paralelas.


Pertenezco a una generación donde Borges era mal visto por su rechazo a la izquierda, el peronismo y sus opiniones a favor de las dictaduras, en especial a la de Pinochet, de manera que durante muchos años estuvo "execrado" de nuestras bibliotecas y por supuesto de nuestras conversaciones literarias. Solamente se le nombraba para reiterar su condición de reaccionario, rechazado por toda la izquierda latinoamericana.


Gracias a que alguna vez le oí decir a José Vicente Rangel, que él lo leía, algunos- entre ellos yo- le levantamos el veto, pero diría que en silencio, sin mucha algarabía. De manera que buena parte de los 70 y 80, tuvimos acercamientos breves y limitados con Borges (traducción de "Hojas de Hierba" de Whitman y el prólogo del I Ching). Estoy segura que esta historia, es la historia de muchos.


Será en los primeros años de la década del 90, cuando viviendo en Maracay (Edo Aragua), compré en un remate de libros, dos ejemplares del primer tomo de las obras completas de Borges publicadas por EMECE y allí comencé- ahora síde verdad- a leerlo casi a diario, tratando de recuperar el tiempo perdido, cosa que sé imposible y lamentando tanta insensatez. La madurez (creo yo) me enseñó que la obra literaria de Borges estaba por encima de cualquier opinión política, sin que esto signifique que convalide alguna de ellas.


 Luego, gracias a una amiga, me inscribí en el 98 en Foro Borgesiano (y no borgiano, que viene de Borgia y no de Borges), donde participan más de 200 admiradores y estudiosos, tanto de Europa como de América, del personaje que nos convoca. 

El foro digital estuvo localizado en Argentina (http://www.puebloblanco.edu.ar). Allí pude conocer mejor su obra y por supuesto su anecdotario, que es de lo que hoy queremos conversar en este diálogo colectivo, por cuanto ir más allá sería por demás un atrevimiento de mi parte.

Este 24 de Agosto Borges cumpliría 117 años. ¡Que horror! diría él, pero bien pudo ocurrir si tomamos en cuenta que provenía de una familia longeva, por ejemplo su madre Leonor de Borges, murió a la edad de 99 años, perfectamente lucida y lectora.

 
2. El vértigo cibernético
Si bien Borges se definía como un escritor del siglo XIX, (para muchos el mejor del siglo XX) no existe hasta ahora en el siglo XXI autor más citado en Internet, la biblioteca universal por definición.

La primera aproximación que hice de Jorge Luis Borges en el ciberespacio, en el año 2001, nos dio una inconmensurable suma de más de 30 mil páginas dedicadas a divulgarlo, esto sin contar los diversos sitios de discusión, las cátedras y estudios sobre su obra (por ejemplo entre 1990 y 1997 se localizaron 627 trabajos dedicados a él), que también existen el ciberespacio pero que no son ubicados por el multibuscador Google.


Una pequeña navegación en tan extenso océano de páginas WEB, me señaló que el 50 % está en español, cosa que ayuda mucho a divulgar nuestro idioma (por cierto un tanto maltratado en la red). De manera que podemos afirmar que felizmente no se cumplió aquel deseo de Borges de morir sin que nadie lo recordará. Lamentablemente muchas de estas páginas, creadas en el vértigo del centenario en 1999, hoy están desactivadas, especial mención debemos hacer a la del diario Clarín de Argentina, sitio donde incluso se podía escuchar la voz del propio Borges recitando uno de sus poemas.


De acuerdo a un trabajo publicado por Carlos Yusti, escritor valenciano, en la revista electrónica "Venezuela Analítica" en junio de 2000, Internet sólo es una metáfora soñada por Borges en el "Libro de Arena" y cita a Álex Barnet quien escribe: "..., Internet es la encarnación más próxima a esa visión sobre libros de infinitas páginas en constante cambio y bibliotecas sin principio ni fin que apuntó el genial Jorge Luis Borges en el libro señalado. Esta poderosa coincidencia entre las metáforas de Borges y la tecnología virtual y digital que sustenta Internet resulta sorprendente, pero es real y va mas allá de la pirueta retórica. Internet y la tecnología digital están cambiando el mundo de los libros y la manera en que estos se hacen, se distribuyen, se compran o se leen".


En el referido cuento de Borges se relata la existencia de un libro extraordinario, de un libro que contiene todos los libros. El relato (narrado en primera persona) se inicia con una enumeración típica de Borges: "La línea consta de un número de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes..." Luego entra en materia y pasa a relatar una tarde cualquiera. Con un hombre de gris que trae una valija en la mano. Que toca a la puerta. Es un vendedor de Biblia. Pero además trae consigo un libro extraño. Adquirido en los confines de Bikanir. El común vendedor le entrega el raro ejemplar al narrador del relato. Este lo abre al azar. Las páginas le parecen gastadas y de pobre tipografía. Impreso a dos columnas a la manera de una Biblia. Le llama la atención que la página par tiene el número 40.514 y la impar 999. O como lo escribe Borges: Lo adquirí en un pueblo de la llanura, a cambio de unas rupias y de la Biblia. Su poseedor no sabía leer. Sospecho que en el Libro de los libros vio un amuleto. Era de la casta más baja; la gente no podía pisar su sombra, sin contaminación. Me dijo que su libro se llamaba el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen principio ni fin".


Me pidió que buscara la primera hoja.
Apoyé la mano izquierda sobre la portada y abrí con el dedo pulgar casi pegado al índice. Todo fue inútil: siempre se interponían varias hojas entre la portada y la mano. Era como si brotaran hojas del libro.
—Ahora busque el final.
También fracasé; apenas logré balbucear con voz que no era la mía:
—Esto no puede ser.

Siempre en voz baja el vendedor de biblias me dijo:
—No puede ser, pero es. El número de página de este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera; ninguna, la última. No sé porque están numeradas de ese modo arbitrario. Acaso para dar a entender que los términos de una serie infinita admiten cualquier número.

 
Prosigue Yusti señalando que " En el Internet cada sitio, cada página web, tiene un número. Cuando se empieza a navegar parece no existir ni principio ni fin. A veces se encuentra un sitio determinado y luego no se consigue de nuevo, sino que aparecen otros sitios similares y mejores. En Internet hay una infinidad de temas y los literarios ocupan apenas un espacio no muy extenso. No obstante la literatura y los libros han encontrado su sitio por excelencia en Internet. Se especula que uno de los negocios más rentables es Amazon.com, una gran librería virtual. También las bibliotecas virtuales ponen en contacto al navegante con los autores más variados y con esos textos clásicos de siempre que adquieren un barniz renovado.


Se sabe que cada día se añaden a la red alrededor de veinte mil páginas web con los contenidos más disímiles. De forma paulatina Internet se ha ido convirtiendo en un verdadero libro de arena con escrituras en cualquier idioma. De un portal pasas a una página web y de allí puedes conectar con otra ventana y con otros muchos sitios. Cada vez que se navega por la red se descubren nuevos sites, nuevas webs. Una nueva incursión en la red es por lo general una aventura inesperada ya que esta cambia continuamente. 


Entrar en Internet es como abrir El libro de Arena imaginado por Borges. Las páginas se suceden de manera infinita y uno quiere navegar, explorar sin tomar pausa, sin darse un respiro.

El informe titulado, "Virtual community on the electronic frontier", habla de "ciberadicción". Los "ciberadictos" se alejan del mundo cotidiano para abocarse a la pantalla de sus computadoras desde donde pueden hacer nuevos amigos, adquirir información, ciberjuegos, realizar comprar y una amplia gama de posibilidades con sólo navegar por Internet.


Casualidad o no, en el cuento citado de Borges, el protagonista cambia el monto de su jubilación y una Biblia de Wiclif, en letra gótica, herencia familiar, por el Libro de Arena. Así narra Borges los pormenores del personaje y su singular y extraña posesión: "No mostré a nadie mi tesoro. A la dicha de poseerlo se agregó el temor de que lo robaran, y después el recelo de que no fuera verdaderamente infinito. Esas dos inquietudes agravaron mi ya vieja misantropía. Me quedaban unos amigos, dejé de verlos. Prisionero del Libro, casi no me asomaba a la calle. Examiné con una lupa el gastado lomo y las tapas, y rechacé la posibilidad de algún artificio".

  
Algunos datos
Hablemos ahora de algunos datos, sobre su vida, casi por no dejar. Jorge Luis Borges Acevedo -de acuerdo a una pequeña biografía elaborada por Emir Rodríguez Monegal y Francisco Arias, cibernauta español- nace en Buenos Aires el 24 de Agosto de 1899. Desde muy niño quiso ser escritor. Fue educado de manera bilingüe. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega, a los ocho, La Visera Fatal, inspirado en un episodio del Quijote, a los nueves traduce del inglés "El Príncipe Feliz" de Oscar Wilde.


Una de las ideas recurrentes de Borges está ligada al destino y cómo el fin último de nuestra existencia está justificada si sabemos cual es nuestra misión:
"Le doy vueltas a una idea: la idea de que, a pesar de que la vida de un hombre  se componga de miles y miles de momentos y días, esos muchos instantes y esos muchos días pueden ser reducidos a uno: el momento en que un hombre averigua quién es, cuando se ve cara a cara consigo mismo. Imagino que cuando Judas besó a Jesús (si es verdad que lo besó) sentiría en ese momento que era un traidor, que ser un traidor era su destino y que le era leal a ese destino aciago. Y no he dejado de darme cuenta desde entonces. Y quizá desde aquel momento (debo exagerar por el bien de la conferencia) me consideré un "literato".

Es decir, me han sucedido muchas cosas, como a todos los hombres. He encontrado placer en muchas cosas: nadar, escribir, contemplar un amanecer o un atardecer, estar enamorado. Pero el hecho central de mi vida ha sido la existencia de las palabras y la posibilidad de entretejer y transformar esas palabras en poesía".

Readableness
Hay una palabra (entre muchas) relacionada con Borges que me cautiva: readableness, de origen inglés. En español no existe una parecida. La misma se refiere a aquellos textos que provoca leerlos más de una vez. Por oposición, hay libros cuya readableness es cero, que no pueden leerse más de una vez porque en la primer lectura queman toda su magia.
 
Los textos de Borges tienen capas, como la cebolla diría César Chirinos, cada relectura ofrece nuevas aristas...además sus textos se "enriquecen entre ellos, colaboran entre ellos, se reflejan, obran en equipo".
Borges, para mi, es sinónimo de readableness.

4. Borges y la política
En "Situación del escritor en América Latina" de Benedetti, afirma:
"No estoy proponiendo aquí que, tomando como base sus abyecciones políticas, proclamemos la invalidez de la obra de Borges. Semejante actitud sería de una estupidez irremediable. Creo, eso sí, que Borges tiene desde ya asegurados dos lugares de excepción: uno en la más exigente de las antologías, otro (para usar su propia terminología) en la historia universal de la infamia. Siempre haré lo posible por que la segunda consideración no invalide la primera; pero también aportaré mi esfuerzo para que la primera no invalide la segunda.
Borges tuvo muchos enemigos, sobre todo en la izquierda menos inteligente. También el peronismo le aborrecía. Ahora parece que se le ha perdonado y, por fin, ya no es bandera ni a favor ni en contra de ninguna idea».
No obstante "las posiciones" de Borges, "en 1982, durante esa guerra atroz en el Atlántico Sur, se pronunció claramente a favor de la paz. "Desde Uruguay yo observaba azorada a ese dictador delirante que un día invadió las islas y mandó a la muerte a miles de chiquilines de 18 años. Fue algo tan infame que yo no salía de mi asombro al ver a algunos argentinos que yo admiraba y no los creía tan nacionalistas, apoyar la invasión. Menos mal que estaba Borges" declaró una de las participantes en el foro Electrónico que les señalé al comienzo y de donde he tomado gran parte de los materiales que estoy leyendo.
Frente a la guerra de Las Malvinas es famosa la expresión de Borges cuando afirmó que la misma "era una pelea de dos
calvos por un peine".

No hay que olvidar que Borges rectificó en los años 80 su posición respecto a las dictaduras sudamericanas en numerosas declaraciones públicas. En una entrevista, manifestó no haber obrado bien al declararse partidario de la dictadura militar y "...`pero puedo aducir en mi descargo que me faltaba información. No se olvide que soy ciego y dependo de lo que los demás me dicen. Ahora sé muchas cosas más que entonces (...).
Dicen que los desaparecidos se elevan a veinticinco mil, pero la cifra es lo de menos. Con un solo desaparecido sería más que suficiente."

Diccionario Personal
Si algo ha encantado de Borges es su original forma de enunciar y nombrar las cosas y las circunstancias, de allí que hayan diversos diccionarios de Borgerías, como este por ejemplo, editadas por Mario Paoletti y su mujer, Pilar Bravo; que por supuesto es apenas una pequeña muestra de su gran diccionario personal:
Amenaza (s): ¿de qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.
Artificios: yo creo que de todos los géneros quizá el policial sea el más artificial, porque en verdad los crímenes no se resuelven por razonamientos, sino por delaciones.
Beatos: yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta sobornos.
Best sellers: en mi época no había best sellers y no podíamos prostituirnos. No había quien comprara nuestra prostitución.
Biblioteca: ordenar una biblioteca es una manera silenciosa de ejercer el arte de la crítica.
Borges: dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa curiosa opinión, pero no la comparto. El día de mañana, algunos lúcidos la refutarán fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o de ambas cosas a la vez. No he cultivado mi fama, que será efímera.
Buenos Aires: siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así, celoso.
Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística. Deporte: yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara.
Distancias: antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo.
Elegidos: estuve dos días en Israel y, desgraciadamente, noté que son casi hitleristas. La diferencia es que ellos no insisten en la idea de la raza germánica sino en la del pueblo judío.
Envidia: el tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable".
Fútbol: El fútbol es popular porque la estupidez es popular Kant: hice una tentativa con Crítica de la razón pura, pero fui derrotado por el libro, como la mayor parte de las personas. Incluso como la mayor parte de los alemanes.
Más allá: el infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.
Opiniones: quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones.
Revoluciones: no sé hasta qué punto un escritor puede ser revolucionario. Por lo pronto, está trabajando con el idioma, que es una tradición.
Suicidios: Hemingway, que fue medio compadre, terminó matándose porque se dio cuenta de que no era un gran escritor. Esto lo salva, en parte.
Universidad: la Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa.

Vicios: yo no bebo, no fumo, no escucho la radio, no me drogo, como poco. Yo diría que mis únicos vicios son El Quijote, La divina comedia y no incurrir en la lectura de Enrique Larreta ni de Benavente.
5. Los periodistas y las preguntas Para Borges "El periodismo se basa en la falsa creencia de que todos los días sucede algo nuevo". Veía en la sucesión de las noticias un amontonamiento inservible y vacuo, pero además -y sobre todo- se interesaba por los acontecimientos situados en el pasado, no en los del presente.  Para él,  era más importante o digno de atención aquello que ya estuviera trabajado por el tiempo, labrado por las cicatrices y el transcurso de las generaciones.
"Generalmente siempre son las mismas preguntas. La primera es si soy argentino. Les digo que sí, que al fin y al cabo no es tan raro ser argentino, puesto que estamos en Buenos Aires y en esa ciudad habrá seis o siete millones de argentinos y que en el país habrá veinte o veinticinco millones. Raro sería ser argentino en Groelandia o en Pakistán. Otra pregunta repetida es si todo lo que escribo lo hago primero en inglés y luego lo traduzco al español. Yo les digo que sí, que, por ejemplo, los versos: "Siempre el coraje es mejor, / nunca la esperanza es vana, / vaya pues esta milonga, / para Jacinto Chiclana" se ve en seguida que han sido pensados en inglés; se notan, inclusive, las vacilaciones del traductor."

El humor y la ironía
El humor es fundamental en Borges y gran parte de su anecdotario está marcado por esta impronta y por supuesto, por la ironía. De acuerdo aun trabajo realizado por Alberto Melograno Lecuna, director del Foro Borgesiano Virtual, cuando Borges era presidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), un miembro angustiado le preguntó:
-Borges,  qué podemos hacer por los jóvenes poetas?
-Disuadirlos -contestó Borges.
Otro desmesurado, en cierta ocasión, le estrechó la mano y, pleno de emoción, le dijo:
- Usted sabe, Borges? Yo escribo.
-Yo también.
Hubo una señora que lo paró en la calle y le pregunto:
- Usted es Borges, verdad?
-Momentáneamente.

Borges habla de una soledad central, prosigue Alberto Melograno, " esa soledad central es, a mi entender, la base de su humor. Yo creo que en Borges el humor era un sistema de salvación. Borges traslada las imposibilidades de su vida: el amor que nunca tuvo, el deseo de un hijo -el hijo que nunca tuvo-, el no haber peleado en los campos de batalla como sus mayores, toda esa serie de imposibilidades, ese corpus de imposibilidades, lo sublima, como se dice ahora, y lo convierte en una figura retórica, pacta secretamente en las raíces y desmorona la realidad cotidiana.
Creo que eso tiene el humor de Borges: la capacidad de desmoronar la realidad cotidiana, pero no solo la realidad, sino también la seguridad. Esa seguridad cotidiana que nos da la aceptación de las convenciones. Borges solía hablar (mal) de cosas sagradas. Cosas tan sagradas como el fútbol, el tango, Gardel".
En el libro "Borges, sus días y su tiempo", Maria Esther Vázquez cuenta que cuando Borges "era todavía profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, una mañana irrumpió un muchacho en su aula y lo interpeló:
-Profesor, tiene que interrumpir la clase.
- ¿Por qué? -preguntó Borges.
-Porque una asamblea estudiantil ha decidido que no se dicten mas clases hoy para rendir homenaje a Fulano de Tal.
-Ríndanle homenaje después de la clase -agregó Borges.
-No. Tiene que ser ahora y usted se va.
-Yo no me voy, y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio.
-Vamos a cortar la luz -prosiguió el otro.
-Yo he tomado la precaución de ser ciego. Corte la luz, nomás.
Borges se quedó, hablo a oscuras, fue el único profesor que dictó su clase hasta el final, y sus alumnos, impresionados, no se movieron del aula."
Gardel y el tango
  Gardel y yo tenemos algo en común: a ninguno de los dos nos gusta el tango.
Este fue uno de los temas que más escozor produjo, por cuanto afirmó: "Dudo de la virilidad de ese compadrito francés, Carlos Gardel:  acaso no se empolvaba la cara?".
Las definiciones de Borges sobre el tango forman parte de la mejor tradición de sus declaraciones polémicas: su repudio a Gardel o al bandoneón le han valido criticas y cuestionamientos por parte de los tangueros. Pero en una entrevista con Antonio Carrizo realizada para la televisión argentina en 1981 y publicada en La Maga en 1996 , Borges acepta que Gardel "sigue cantando en la memoria de los hombres" y admite que no importa su opinión personal sobre el cantor comparado con eso. También habla de Piazzolla, Pascual Contursi, Vicente Rossi y de los tangos de la vieja guardia, los que reconoce que le gustan tanto como las milongas.
-Lo que me pasa a mí con los tangos de Piazzolla, que mi cuerpo no los oye como tangos. Creo que le pasa a todo el mundo, que los tangos que él ha hecho no se oyen como tales. El tango obliga al cuerpo a hacer cierto tipo de movimiento.
-¿ Usted cree entonces que cuando el hombre escucha el tango es todo oreja?
-Bueno, oreja es demasiado, pero me parece que hay una cadencia que se reconoce. Yo creo que el tango declina con Gardel, con La cumparsita.
-Pero entonces vamos a ser positivos y no negativos.
-Es que los tangos de la vieja guardia son de hecho milongas, si son buenos.
-Por ejemplo..


-Podría dar nombres, El apache argentino, Rodríguez Peña, El entrerriano, La morocha y Cuzquito. Esos los oigo como tangos, en cambio La cumparsita me la hizo oír un primo mío, eso no tiene nada que ver con el tango. Yo volví de Europa y él me hizo oír un tango llamado La cumparsita, creo que era "cumparsita". "¿Esto qué es?", le dije; "El mejor tango", me respondió; "Puede ser, pero yo no lo oigo como tango".
-Bueno, ocurre otra cosa; yo estaba en el año sesenta y uno en Austin, Texas, un territorio que yo quiero mucho, y había, un señor paraguayo y me hizo oír unos tangos, yo estaba avergonzado, se llamaban A media luz, La cumparsita, no recuerdo los otros, y pensé, qué horror, voy a tener que simular que me gustan y a mí me parecen una vergüenza. Luego me di cuenta de que estaba llorando, es decir, que mi cuerpo lo sentía de otro modo.
-Entonces, de Gardel se dice que cada día canta mejor.
-Eso quiere decir que sigue cantando en la memoria de los hombres. Si cada día canta mejor, sigue cantando después de su muerte corporal.
-Y ¿qué significa seguir cantando en la memoria de los hombres?
-¡Caramba!, le parece poco, eso es más que la gloria. Qué importa mi opinión personal sobre Gardel comparado con eso; además, tengo la impresión de que no ha podido ser reemplazado, los que cantan tangos ahora no lo hacen como él. Creo que todos pensamos eso.
Venezuela, LUZ y el Honoris Causa
R.Rattia: Maestro, ¿cómo se sintió cuando se enteró que una Universidad venezolana se negó a otorgarle el Doctorado Honoris Causa aduciendo que usted era un "pensador de derecha", que sus ideas eran "reaccionarias", "fascistas?".
J.L.Borges: Como dijo mi entrañable amigo Emil Cioran: "la lucidez es incompatible con la respiración". Después de todo estoy indeciblemente agradecido por el no otorgamiento de esa distinción académica. En el fondo los premios son, casi siempre, malos entendidos. Se trata de una anécdota sin importancia.
Resulta que tengo... soy trece veces - una mala cifra pero claro, "Doctor Honoris Causa". Un falso doctor, ¿no? Debo eso a la generosidad y a la indulgencia.

Esa Universidad que le neg´o el doctorado fue la del Zulia, LUZ, donde estudié y donde trabajo. Intenté inutilmente saber quién o quiénes fueron los autores de esta idea y no los encontré. Enrique Arenas, ya fallecido, me negó insistentemente esta autoría.

El poema "Instantes" En cuanto al éxito del poema "Instantes", es necesario dejar claro que aunque es uno de los más conocido atribuidos a Borges, esto es falso. Iván Almeida, investigador adscrito al Centro de Estudios de Borges, ubicado en Dinamarca,(http://www.hum.au.dk/romansk/borges/bsol/iainst.ht) ha realizado una minuciosa investigación para dar con la verdad sobre este espinoso tema.
" En el prólogo del volumen Borges en la Revista Multicolor (1995) María Kodama, vuelve sobre un asunto que ya la había llevado a obtener condenas y retractaciones públicas:
Lo más notable es comprobar que esa misma gente que no aprueba la publicación de las tres obras [El tamaño de mi esperanza, El idioma de los argentinos, Inquisiciones], frente al poema "Instantes" o "Momentos" de la escritora norteamericana Nadine Stair, atribuido falsamente —quiero creer que por ignorancia— a Borges, esa gente, repito, nada dijo ni del estilo ni del contenido de esos versos. Aunque resulte infantil el lenguaje empleado y totalmente contradictorio el mensaje transmitido por el poema, con respecto a los principios que Borges sustentó hasta el fin de su vida.
Se llegó al horror de leer y enseñar en instituciones oficiales, y atribuyéndolo siempre a Borges, ese poema sin valor literario".
En el diario El País del 9 de mayo de 1999, Francisco Peregil publica una nota intitulada "El poema que Borges nunca escribió", en la que remacha la teoría de Kodama:
"Craso error, porque la verdadera autora del apócrifo es una desconocida poetisa norteamericana llamada Nadine Stair, que lo publicó en 1978, ocho años antes de que Borges muriera en Ginebra, a los 86 años.


El problema es que la crítica literaria no obedece a la lógica binaria: poder afirmar que un texto no es de Borges no es haber probado que su autor es Nadine Stair. (...) Desde el medioevo escolástico sabemos que es más fácil demostrar una existencia que una no-existencia. (...)  El público, aun el más ingenuo, no necesitaba un texto más de esta índole. Con un Paulo Coelho joven y en buena salud, todos los países de mundo disponen de una reserva de espiritualidad barata por bastante tiempo.
Tal vez el fenómeno resida en una íntima voluntad de ser engañados cuando el mundo no llega a acomodarse a los propios sueños. Y esto, independientemente de la capacidad de discernimiento de la persona en cuestión. Lo cierto es que muchos de los poemas personales de Alastair Reid evocan el mundo plasmado por "Instantes". Podría pensarse que de esa secreta e inconsciente voluntad de error esté por nacer un nuevo paradigma de lectura, al que Borges, ciertamente, no sería del todo ajeno. Sí, quizás la historia de la literatura es la historia de algunos grandes errores de lectura".
6. Borges y la globalización
" Lo unánime es enemigo de la individualidad, y sin individualidad no hay independencia crítica" afirma un estudioso de la obra de Borges. "Borges se hubiera sentido aterrado ante tanta masificación borgeana: él, más que nadie, representó el individualismo y el capricho; la ajenidad a lo general; el desprecio al globalismo. Desdeñó por igual el fútbol, los encuentros populistas, los gustos obvios, las tendencias de mercado y los medios de comunicación, que paradójicamente ahora lo propagan como si se tratara de un producto de consumo masivo.
Si Gardel canta cada día mejor y anula toda posible superación, y la camiseta número 10 de fútbol nunca más tendrá un portador como el que la enterró en su retiro, Borges, sin proponérselo, vendría a ser el sepulturero del futuro literario argentino. Su efecto devastador darwiniano, únicamente dejaría lugar para eternos aspirantes. Y tal vez sea cierto".
En suma, Borges forma parte importante de otras lenguas, de otros universos, incluyendo " la historia intelectual de los Estados Unidos, hasta el punto de que Susan Sontag lo calificó de maestro indispensable para los escritores de lengua inglesa."
Borges, Kodama y la Filosofía
María Kodama declaró que "de hecho más de la mitad de su biblioteca está formada por libros de filosofía. La filosofía es un conocimiento que él adquirió de pequeño, antes de saber qué era en sí, pues su padre le enseñaba conceptos, de forma que siempre los llevó dentro". Pero para su compañera Borges no era un filósofo, sólo se servía de la misma para sustentar su obra, la utilizaba para su creación.

Borges y el Nóbel
Nóbel: yo siempre seré el futuro Nóbel. Debe ser una tradición escandinava.
 
En 1976 le otorgaron la Gran Cruz de la Orden al Mérito Bernardo O'Higgins de Chile por parte del dictador Augusto Pinochet.
Dice María E. Vázquez en su biografía que esa fue una de las dos razones por las que le fue negado el Nóbel. La otra sería la burla que hizo a un joven poeta sueco, en una reunión de escritores, a propósito de un poema suyo sobre los movimientos de un iceberg. Ese joven era Artur Lundkvist que más tarde sería secretario de la Academia Sueca.
Una encuesta mundial publicada en 1970 por el Corriere de la Sera revela que Borges obtiene allí más votos como candidato al premio Nóbel que Solzhenitsyn, a quien la academia Sueca distinguiría ese año.
La repatriación de los restos
De acuerdo a un artículo escrito por Juan Gasparín el 20 de junio del 99 en Clarín: "El Venerado por las academias, los editores, los expertos, hasta el agotamiento de la energía, ilustre y ciego, incapaz de valerse por sí mismo y sabiéndose desahuciado, Borges partió a morir a Ginebra a fines de 1985. El día de su muerte, el 14 de junio de 1986, siete meses no cumplidos después de su partida, todo se desencadenó con la fluidez de las últimas voluntades. No existe ninguna referencia de Borges que acredite su decisión de descansar lejos de su patria; por el contrario hay numerosas señales de que no se imaginó en otro lugar que no fuera La Recoleta, junto a sus antepasados. De hecho, apenas un año antes de partir de Buenos Aires pidió un presupuesto para la refacción de la bóveda familiar y sostuvo largos diálogos sinceros con el constructor encargado del trabajo, que revelaban la intención de Borges de que su cuerpo descansara en La Recoleta. Esta controversia dio lugar a una batalla legal que lleva y llevará seguramente años".
Un grupo de amigos, sin embargo, parece decidido a hacer valer las voluntades que Borges expresó en su obra poética, en especial en los últimos versos de La recoleta, de Fervor de Buenos Aires, de 1923: "Estas cosas pensé en la Recoleta/ en el lugar de mi ceniza". Pero sobre todo argumentan el documento firmado por Borges en 1982, sobre su voluntad de ser cremado. En 1988 elevaron un pedido de exhumación y cremación ante las autoridades municipales de Ginebra, con vistas a la repatriación, negado por Kodama en tanto "última compañera".
En su libro Borges, esplendor y derrota, la escritora María Esther Vázquez dejó la más sincera opinión sobre las manipulaciones que enmarañaron los últimos años de su gran amigo. Pero de los muchos que coinciden con ella ,ninguno imitó su valentía de desafiar esa institución de la viudez encarnada en María Kodama-Borges.
El proyecto de la repatriación de Borges encuentra el principal escollo en la decisión de Kodama, quien ya lo impidió en 1988. El casamiento con Borges está en el centro de toda la polémica. Tanto Efrom como Sara hacen hincapié en que, por no existir el divorcio ni en la Argentina ni en Paraguay, Borges hizo separaciones de bienes de su primera esposa, Elsa Astete, pero nunca pudo divorciarse. Esto motivó que Borges y Kodama tuvieran que recurrir a un casamiento por procuración en la ignota localidad de Colonia Rojas Silva, en Paraguay. Con mala suerte, además, porque el encargado del trámite habría sido un impostor tripartito, oriundo del Cono Sur: un tal Gustavo Gramont Berres, también conocido como Benjamín Levi Avzarradel, supuesto cónsul paraguayo en Ginebra y actualmente preso en esa ciudad por estafador. Un rufián con una trayectoria que empalidece la galería de la Historia Universal de la Infamia.
"Ellos nunca se casaron -sostienen Kriner y Efrom-. ¿Con qué derecho se decidió el entierro en Ginebra?" Cuando se les argumenta que la convivencia da atribuciones, Kriner y Efrom aseguran que Borges y Kodama "nunca vivieron juntos".

Es sabido que Kodama nunca vivió en el departamento de la calle Maipú y que la convivencia se limitaba a los viajes, a las estadías de hotel en las que, de todos modos, siempre usaban cuartos separados. Atosigado de premios, exhausto de conferencias y aterrado por la soledad inválida tras la muerte de su madre, se sometió con docilidad. "Borges sólo quería seguir escribiendo -dice una amiga, quien prefiere el anonimato- Tenía pánico de la violencia doméstica. Soportaba muchas cosas con tal de no hacer barullo." Debido a este problema de invalidez matrimonial, Kodama aparece en todos los documentos judiciales argentinos como soltera, y, en el certificado de defunción como "la última mujer con quien convivió", a pesar de haber incorporado el apellido Borges al suyo en sus giras por el exterior. Kodama no logró cosechar la simpatía de ninguno de los que amaron a Borges.
Ciertamente, el escritor Adolfo Bioy Casares, el más íntimo y antiguo amigo de Borges, tuvo el tiempo y la disposición, antes de morir en marzo del 99, de contar a algunos allegados su visión de los hechos. No sólo a María Esther Vásquez le contó que Borges mismo no tenía interés en ir a Ginebra, sino que era la insistencia de Kodama por emigrar a Suiza la que motivó la radicación en sus últimos meses de vida. "Es ella la que me lleva", cuenta Bioy que le oyó decir a Borges. Bioy y Borges dejaron de verse totalmente. La desconexión se volvió irrefutable en su última semana en la Argentina.
Pero el hecho más contundente fue que modificara su primer testamento, del 28 de agosto de 1979, por uno nuevo, firmado seis días antes de dejar el país, donde designó "heredera universal de todos sus bienes, dinero, fondos(...) títulos y valores, derechos de autor, muebles, libros, objetos de arte, manuscritos(...) a la buena amiga María Kodama". A su hermana Norah le cedió su parte en propiedad de la bóveda familiar de Recoleta. A su sobrino Miguel le dejó los 16 tomos de Las mil y una noches en la traducción de Burton. Y legó 2.500 australes, una cifra insignificante, a "su fiel servidora" Epifania "Fanny" Uveda, que lo acompañó cuatro décadas.
María Esther Vázquez observa que Borges imaginó para su tumba "las dos estrictas fechas y el olvido", en alusión a las de nacimiento y muerte. "La tumba actual de Borges es un cambalache de cosas, hay inscripciones en anglosajón, otra fantasiosa que dice "de Ulrica a Javier Otálora" (en referencia al cuento Ulrica, de El libro de arena). De lo que pidió Borges, nadie le llevó el apunte.
En cuanto a ediciones, el deseo de Borges no fue respetado y obras expurgadas por él, como El tamaño de mi esperanza, volvieron a editarse. Pero aquí tallan otras consideraciones: no conoceríamos a Kafka si su amigo Max Brod hubiera respetado su deseo de quemar sus manuscritos.
En la soñada Ginebra, Borges tendría una recaída en enero de 1986. El tumor maligno que se le detectó en Buenos Aires se verificó en un cáncer de hígado con metástasis.
La alcaldía de la ciudad le reconoció validez al casamiento de María Kodama con Borges y aceptó su petición como "última cónyuge". El 15 de septiembre de 1988, Sara Kriner se presentó en las Pompas Fúnebres Cantonales con la disposición de Borges del 82 para ser cremado, con vistas a la repatriación. Las autoridades compartieron con Kodama la oposición a su exhumación. Como se puede ver, aun después de muerto Borges sigue suscitando polémica.

Morelis Gonzalo Vega (morelisgonzalo@gmail.com) Agosto 2001-08-20 Casa de Los Artesanos. Librería El Anaquel. Maracaibo-Venezuela.